Tortosa, Tarragona, 23 de octubre de 1916 – Sevilla, 31 de octubre de 1979
De origen catalán y formada en Madrid, esta arqueóloga y doctora con Premio Extraordinario desarrolló su carrera profesional en Sevilla, donde fue destinada tras ingresar en el Cuerpo Facultativo de Archivos, Bibliotecas y Museos en 1945. En 1959, se convierte en la primera mujer en dirigir el Museo Arqueológico de Sevilla, donde era conservadora. Este cargo conlleva también la dirección del Museo y Necrópolis de Carmona y del Conjunto Arqueológico de Itálica. Destaca su labor de estudio y documentación de los fondos del museo y su trabajo de campo en yacimientos romanos del Bajo Guadalquivir, llegando a dirigir personalmente campañas de excavación en Carmona. Paralelamente, ejerció como profesora ayudante de Historia Antigua y Medieval y de Museología, en la Universidad de Sevilla y, desde 1960, perteneció a la Comisión Provincial de Monumentos de esta misma ciudad.
La Real Academia de la Historia, el Instituto Arqueológico Alemán o la Hispanic Society, entre otras instituciones, han reconocido con su membresía su relevante trayectoria.